Con maletas y a lo loco…

Ya esta aquí el verano, y el que mas o el que menos se toma unos días libres o se va de vacaciones…
Pero, ¿donde va el TDAH ?¿se tomará también unas vacaciones y nos dejará tranquilos una temporada? o quizás se evaporará cual nube de verano que vuelve la siguiente primavera..?

Al igual que todavía hay quién cree que el TDAH se evapora silenciosamente y se marcha sin estruendo cuando cumplimos los 18, también tendemos a pensar que en verano nuestro TDAH cuelga el cartel de “cerrado por vacaciones”.

Sin embargo, el TDHA no se va a ninguna parte. Lo que ocurre es que en periodos vacacionales la exigencia cognitiva e intelectual puede ser menor y no tenemos que responder de forma tan inmediata a las demandas del trabajo o los horarios.
Pero la experiencia nos dice que en estos periodos teóricamente idílicos, es cuando surgen otros conflictos y desavenencias en nuestro entorno más cercano, que nos generan tanta o más angustia y con los que la mayoría de las veces nos topamos de improviso.

¿Por qué ocurre esto? La respuesta es muy sencilla: nuestro TDAH ha hecho sus maletas y se ha venido con nosotros. A la playa, al pueblo, al camino de Santiago o a la terraza del bar de abajo.
Da igual lo que hagamos en nuestras vacaciones, el TDAH está con nosotros, nos guste o no.
Estábamos convencidos de que en vacaciones “tu a Boston y yo a California “, pero dejad que os diga que esto no es así. Cuando nos queramos dar cuenta lo tendremos sentado en nuestra mesa como uno más de la familia.
Y cuanto antes aceptemos este hecho y lo asumamos, antes podremos empezar a ser nosotros los que pongamos las reglas y no él.

¿A donde quiero ir a parar con esta entrada de hoy?
Sencillamente a concienciarnos de que en vacaciones también tenemos que seguir usando nuestras estrategias y recursos.

Teniendo en cuenta que en estos días quizás pases más tiempo del habitual con tu familia o personas más cercanas, es probable que la impulsividad te juegue malas pasadas. Ya sabes lo que dice el refrán, que “donde hay confianza da asco….”
Y que verdad es.
Lo que nunca te atreverías a decirle a tu jefe se lo sueltas a su hijo o a tu pareja, y lo peor es que NO te quedas “tan ancho”, sino que lo único que consigues es sentirte tú como una sabandija (De or.inc. 2.f Persona despreciable ) que los demás no quieran acercarse a ti.

Pues bien, hoy os planteo dos técnicas que muchos de nuestros pacientes utilizan para controlar su impulsividad.
La primera la llamaremos “Técnica de los Mantras”, en honor a uno de los habitantes del planeta que le puso este nombre.
Consiste en que repitas de forma continua y para tus adentros frases hechas del tipo de “ no voy a saltar”, “puedo controlarme” o “no me voy a alterar”. Estas frases alcanzan la categoría de mantras cuando las repites continuamente en tu interior hasta el punto de que tu mismo te convences de lo que estás diciendo y eres capaz de controlar tus impulsos.

La segunda técnica es la denominada “Visualización de consecuencias“ , o lo que es lo mismo, pensar en las consecuencias que pueden tener tus acciones si te dejas llevar por la impulsividad.
Dicho así en frío no parece muy atractiva esta técnica, pero como en el post anterior, te reto a que la empieces a practicar y veas que si te paras por unas decimas de segundo a pensar en la secuencia de cosas que pueden ocurrir si te descontrolas, es muy probable que tu mismo eches el freno.

Cómo todas las técnicas, hay que practicarlas y perseverar, ya que no sale a la primera, pero de igual manera que uno no aprende a conducir ni a montar en bici en un día. El secreto está en insistir.

Así, entre mantras y visualizaciones, es probable que tú y tu TDAH podáis pasar unas mejores vacaciones….

Hasta la próxima…..

ImpulsiVidad se escribe con V de Valor, de Voluntad y de Victoria.

Valor el que hay que tener para aceptar que nos maneja  y  para empezar a cambiar las conductas que se repiten desde «siempre»

Voluntad porque nadie dijo que es fácil controlar a semejante apisonadora y que no sea ella la que nos aplaste una y otra vez.

Victoria es lo que se obtiene cuando tras esfuerzo  ( mucho ) y apoyo ( imprescindible) eres tu, y no ella  el que lleva las riendas.

Es la impulsividad problemente el «Talón de Aqulies » de un TDAH. Controlarla supone un reto y un esfuerzo que en ocasiones raya en lo heróico.

Gracias a ella  nos depiden del trabajo, nos metemos en jaleos,  hablamos a destiempo  y en definitiva nos pasa de todo.

En el tratamiento del TDAH del adulto este problema es uno de los más difíciles de controlar y supone un reto tanto para el profesional como para el propio afectado.

De entre las variadas técnicas y estrategias que existen para controlar la impulsividad, nosotros intentamos empezar siempre con algo que es fundamental antes de iniciar cualquier cambio terapeútico y es el IDENTIFICAR estados emocionales que anteceden a la explosión.

No podemos evitar algo que no vemos venir.

Por ello, es fundamental que empecemos a tomar conciencia de en qué momento empezamos a sentirnos inquietos, acelerados  y con la necesidad imperiosa de soltar  una frase inadecuada, dar un portazo o gritarle al vecino..

Debemos identificar en que situaciones es más probable que perdamos el control, para poder anticiparnos a ellas.Todo el trabajo empieza cuando empiezas a conocerte y a tomar conciencia de como la ira y la agresividad van subiendo de tono dentro de tí.

En definitiva, el control de la impulsividad comienza conociéndote más a fondo y escuchando las señales que tu cuerpo te manda para avisarte, tales como aumento de las pulsaciones, sensación de angustia o necesidad de gritar.

Solamente cuando seas capaz de identificar este estado emocional podras controlarlo.De lo contrario sera él quien te controle a tí.

Hablaremos mucho más de la impulsividad y estrategias para controlarla, pero por ahora, invito a todo aquel que tenga un TDAH y la impulsividad sea su gran reto que inicie este apasionante viaje hacia su interior. Y para ello propongo un sencillo ejercicio.

La próxima vez que tengas un problema por no poder contenerte, yaa sea una discusión, un palabra inadecuada o una pelea, parate unos minutos e intenta identificar qué estabas sintiendo en los momentos previos.Me dirás lo de siempre, que son decimas de segundo , que cuando salta el «click» ya no hay retorno, que es imposible de controlar porque todo ocurre muy rápido,…. y se que es verdad, que puede ser que en cuestión de minutos arruines una situación.

Pero como  a un TDAH le gustan los retos, te reto a que lo intentes, que identifiques las sensaciones y lo que has sentido en esos milisegundos, que las traigas al plano consciente ,  por que cuando te familiarices con esas emociones y las reconozcas, las podrás empezar a controlar.

Ya sabes lo que decía Corleone, «mantén cerca a tus amigos, pero más cerca a tus enemigos…..»

Hasta la próxima….

 

 

 

«Acumulando» espero ……

La entrada de hoy me produce una profunda tristeza, me hubiera gustado no tener que escribirla, pero este planeta en ocasiones sigue unas pautas tan incomprensibles que no puedo por menos que dedicarle la entrada de hoy a un problema que lejos de ser baladí, en ocasiones llega a ser un serio problema para la persona con TDAH y los que le rodean.

Me estoy refiriendo a la tendencia que tienen las personas con TDAH a acumular.

Y hablo de tristeza cuando los Servicios Sociales tienen que rescatar de su propio domicilio a una persona de edad avanzada  que reconoce no parar de haber acumulado objetos en los últimos 50 años y la sorpresa llega cuando nos refiere tener diagnostico de TDAH desde tiempo atrás.

Los pacientes TDAH acumulan de todo.Periódicos viejos, tickets de parking, colchones, latas de refresco…. cualquier cosa imaginable puede ser objeto susceptible de ser acumulado.

En el programa de sesiones para TDAH adultos se incluye una sesión específica acerca de este tema.Debo decir que es sorprendente lo difícil que puede  llegar a ser para una persona que tiene TDAH mantener el orden en su espacio vital y deshacerse de las cosas que ya no necesita, por no hablar de las que recoge, rescata o compra para sus múltiples proyectos.

Y la cuestión es: ¿por qué? ¿por qué un TDAH tiende a acumular?

La respuesta es compleja, casi tanto como el propio TDAH.

Una de las causas es  la procrastinación (ver la «Ley del Calcetín»), esto es, «ahora mismo lo tiro», o «mañana sin falta hago limpieza...» de tal manera que ese mañana nunca llega, porque cuando tienes TDAH el tiempo pierde su sentido.

Otra causa es «lo guardo por si acaso»…. Este es uno de los momentos en los grupos que me encanta, por que todos responden al unísono  «basta que tires algo para que luego lo necesites..» 

También sucede que con esa creatividad e imaginación que les sale por los poros, les lleva a empezar múltiples proyectos que nunca llegan a finalizarse y que la mitad de las veces se traducen en objetos variopintos que se quedan por los rincones.

Porque , ¿ cómo resistirse a recoger ese  árbol talado? materia prima de unos magníficos … ¿qué eran?, ¿taburetes ??

En general el desorden suele ser una constante en la vida de una persona con TDAH fundamentalmente por la dificultad para concluir tareas y finalizar proyectos de manera que las cosas se van quedando por el camino.

Cuando estas personas viven en familia o en pareja, esta tendencia suele estar mas controlada puesto que tienen que respetar la convivencia con los demás.

El problema serio suele surgir cuando viven solos y no existe el «freno» externo de otras personas.

Es posible que algunos de nuestros mayores que se ven obligados a salir de sus casas, sepultados literalmente entre objetos y basura, sean personas con un TDAH nunca diagnosticado ni tratado.

Hoy, esta entrada esta dedicada a ellos, y a todos los habitantes del planeta que ya por fin consiguieron deshacerse de las cintas de video Beta ( incluso VHS )  de los casettes de música y de las revistas de los años 80….

Hasta la próxima…..